Construir en el Medio del Desierto: Desafíos Personales

Levantar un hospital de 800 metros cuadrados con los parámetros de construcción tradicional según la norma europea, con mano de obra africana, por primera vez, es equiparable a aprender un nuevo idioma, de hecho, lo fue, en tiempo récord.

Significa máxima concentración para llevar todo lo necesario para levantar el edificio, habida cuenta de que en el lugar no encontraríamos una ferretería en la que comprar el codo con rosca de ½ pulgada que nos habíamos olvidado. Cuando digo todo lo necesario me refiero a TODO, a excepción de arena, por motivos evidentes, y cemento por una cuestión de peso y volumen. Cerámicos, hierros, moldes para viguetas, maquinas, herramientas, guantes, yeso, heladeras. Molones para losa. Caja de seguridad. La logística para el traslado de todo eso, será objeto de otra participación por lo curioso de la situación para alguien que venía del tercer mundo, hacía escala temporal en el primero, y se trasladaba al cuarto mundo en poco menos de un año y sin escalas.

Significa estar parado frente a la puerta del avión que te llevará a destino y dudar hasta último momento si tomar o no ese avión.

Significa dejar a tu familia por largo tiempo, teniendo, como único medio de comunicación, un teléfono satelital, carísimo el minuto, por cierto.

Significa sumergirte en una cultura absolutamente extraña a tus costumbres y a las que te tienes que adaptar en tiempo récord; esto es de un día para el otro.

Significa salir al exterior (decir calle sería muy presuntuoso) y sentirte una estrella de rock and roll porque la gente se junta a tu alrededor para hacer dos cosas. Invitarte a tomar el té o venderte algo y no necesariamente en ese orden. O las dos cosas a la vez.

Significa relacionarte, de un día para otro, con gente que posee otra lógica para prácticamente todo. Comer, dormir, vestirse, trabajar, asearse, trasladarse, comerciar, divertirse, relacionarse entre sí. En algún caso el contraste resultó brutal y poco agradable para las costumbres occidentales.

Significa que allí la noción del tiempo, como nosotros lo conocemos, posee otra dimensión y otro significado. Prisa no es una palabra que se encuentre en un diccionario musulmán.

Después de entender todos estos significados, adaptarse a ellos y poder comunicarse con la sociedad que te rodea, y que te observa; levantar el hospital para un pueblo de 1.200 habitantes nómades, al cual, una vez funcionando venían pacientes desde 600 kilómetros de distancia, resultó, como dicen en España, coser y cantar. Salam aleikum

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